Resulta difícil vivir en una gran ciudad y disfrutar en soledad de una buena sesión de surf, pero en ocasiones se puede convertir en realidad.
La previsión de hoy no era nada espectacular, pero aún así, madrugamos para ver lo que nos iba a ofrecer el mar. Hicimos unos kilómetros hacia el norte de Barcelona y fuimos observando los picos que nos encontrábamos por el camino.
El mar estaba muy limpio, casi no habia viento y el tamaño, muy juguetón. Alex y Mario decidieron entrar en una playa de arena que no estaba nada mal. Las imágenes hablan por si solas.
Fotografía : Tony Araya
Riders : Alex Knoepfel y Mario