A menudo los partidos políticos incluyen en sus programas electorales macroproyectos de instalaciones sociales, deportivas y lúdicas, que no siempre llegarán a buen puerto. En época de crisis conviene agudizar el ingenio y hacer que los escuetos presupuestos de que disponen los municipios se inviertan en soluciones creativas y que beneficien a un espectro amplio de la población.
Pero arquitectos, ingenieros, diseñadores y responsables de urbanismo suelen optar por soluciones constructivas más convencionales y, evidentemente, perdurables en el tiempo. Las ciudades se convierten así en escaparates fotográficos, en postales no pensadas para el uso y disfrute de los ciudadanos de a pie.
Manu Rapoport, arquitecto argentino (bonaerense para más señas) ha ideado una serie de instalaciones de recreo y zonas verdes móviles para ser instaladas en plazas y amplias carreteras de cascos urbanos durante los fines de semana y los días de fiesta. El proyecto incluye soluciones móviles para la pràctica del skate, entre otras actividades deportivas.
La iniciativa ha sido premiada recientemente con el galardón Philips Livable Cities Award. Y, mientras, Rapoport sigue intentando convencer a los distritos de Buenos Aires y de otras ciudades de la instalación de parques a medida en sus espacios urbanos.
Tomen nota los ayuntamientos de nuestro país. Queremos que sus presupuestos se sigan destinando a usos deportivos, sociales y lúdicos, y sin tener que hacer grandes inversiones en obras públicas.
Las claves del Parque Móvil son según su creador:
· Uso del Espacio público desaprovechado.
· Diseño participativo.
· Innovación
Rippingmag apunta otra clave: sostenibilidad en los recursos