Corremos para sentirnos vivos: queremos demostrar nuestra libertad y poder volar, queremos ser por un momento alguien invencible. ¿No es esa la misma sensación que buscamos cuando bajamos una ola?
En un coche, sobre los esquíes, en una tabla, da igual con qué. Lo importante es dónde y cómo. La altura, la distancia, la velocidad: la adrenalina. En definitiva, sólo queremos llevar esa experiencia al límite, superarla y mirar hacia el siguiente reto. Y no es que no amemos la vida, que estamos enamorados de ella y por eso nos encanta ponerla en riesgo.
Garret sabe cómo hacerlo y con qué. Confía en su coche y también en su tabla Mercedes Benz. La marca alemana más antigua del mercado no tiene suficiente con demostrar su potencial en la carretera. Ahora también pretende hacerlo en el agua. Ha diseñado una tabla de surf apta para bajar grandes olas y cómo se muestra en este edit, funciona muy bien.
No hay que quitarle méritos al «piloto», pero está claro que sin un buen material bajo los pies no es posible descender desde tantos metros de altura.
