El mediterráneo parece que está comenzando a despertar de un largo verano en la costa de Barcelona. Ayer las previsiones eran muy buenas, aunque como suele pasar en el Mediterráneo no se cumplieron del todo. Estuvimos por Sitges y lo primero que nos encontramos al bajar del coche era un bodyboard con la cara cortada por las quillas de un surfer. La cara ensangrentada y para el médico a poner algunos más que seguro puntos de sutura. Eso nos hace que os recordemos que esto no es un juego, que es un deporte donde el más mínimo fallo puede traer alguna desgracia. Del resto del día, poco hay que decir, las fotografías lo dicen todo.
Fotografía: David Botello