La Barceloneta se despertó ayer con otro día de temporal. No llovía y el frío había abandonado la ciudad. Cuando llegamos a la playa nos encontramos un mar desordenado y con olas muy potentes cayendo en algunos picos.
No era un día propicio para que los surfers menos experimentados se metieran en el agua, la cosa era seria: en la mañana pudimos contar hasta cinco tablas rotas.
La Barceloneta es esto, mientras las olas rompen tablas, las masajistas chinas siguen buscando clientes sin mirar lo que ocurre a unos metros suyos.
Os dejamos con unas fotografías de ayer en una de las playas que más amamos.
Fotografía: David Botello