Liqen ha vestido México de murales reivindicativos que contagian un mensaje dirigido a una sociedad cada vez menos lúcida. Jaguares con metralletas despedazadas. Una familia acurrucada en el interior de un taco a modo de relleno. Decenas de personajes tanto reales como fantásticos. Estos son los paisajes que ahora inundan México desde Chiapas hasta los barrios de México DF y Guadalajara.
Hace unos años pudimos saber un poco más de Liqen leyendo la pared del MARCO (Museo de Arte Contemporáneo de Vigo). El entonces Tiñas, participaba en la exposición «Urbanitas» (2006). Allí, proponía una lección de anatomía: un cuerpo, tal vez el cuerpo social, habitado por perforadoras, excavadoras y grúas ocupadas en desmontar y descubrir quién sabe qué. Con esta increíble reflexión, llegó a fascinar a grandes admiradores del arte.
Liqen ha sustituido los paisajes gallegos por los muros secos de México. Allí ha optado por reproducir mitos culturales tanto antiguos como modernos, desde jaguares y tacos a coroneles y balas. Sus murales gritan y reclaman a todo aquel que observa. Contagian eso que reina por su ausencia en la mayoría de sociedades: lucidez.
Su último proyecto se denomina «Guanabana Tour». Consiste en una gira que empezará en septiembre en la que se combinará sonido y pintura para así crear arte en movimiento a través de ondas de sonido. Liqen trabajará con Kayaka, una DJ japonesa de reconocimiento internacional, para llevar a cabo el proyecto.
Sofía Nogués