Quincy Symonds tiene seis años, pero apunta alto, como las grandes estrellas del surf. La llaman “la ardilla voladora”, por algo será…. Entre el surf y el skate vuela por encima de cualquier dificultad que se le ponga por delante.
Gold Cost es su origen y hace sólo 18 meses que comenzó a subirse a las tablas. Quizás la influencia de su padre, surfista de toda la vida y con gran amor por el mar, le inspiró. Y el entorno australiano acompañaba, obviamente.
La sorpresa de sus padres fue mayúscula cuando comenzó a subirse a las tablas, mostrando un increíble equilibrio. No había miedo en su mirada ni en sus movimientos. Todo fluía con naturalidad, afirman sus progenitores.
Y todo esto es así, sorprendentemente, a pesar de que la pequeña fuera diagnosticada de una grave enfermedad (hiperplasia suprarrenal congénita), un trastorno genético que afecta la capacidad de su cuerpo para crear la cortisona. Depende de los esteroides tres veces al día. Pero después de evaluar con los médicos la enfermedad y las posibles afectaciones al deporte, la niña sigue en el agua.
Su chaleco de flotabilidad está hecho a medida; también las tablas están diseñados en función de sus posibilidades y su creciente progreso. Y cuando las olas son demasiado grandes para ella, la pequeña se sube al skate para seguir sobre la tabla.
Quincy dice que quiere ser un surfista profesional y una skater. Estamos convencidos de que lo conseguirá.
